miércoles, 8 de diciembre de 2010

El bebé

Esto va para las que van a ser mamá por primera vez  próximamente:
Cuando dí a luz a mi hijo mayor, alguien me dijo “la mamá inteligente duerme cuando el niño duerme”.
Por supuesto, no hice ni puñetero caso. Me dedicaba a hacer “todo lo que había que hacer”.
A los pocos días comprendí que no estaba siendo muy inteligente, porque me sentía  sin fuerzas para nada, inútil, irritable y decaída.
Afortunadamente reaccioné a tiempo y rectifiqué. Intenté dormir todo lo que era posible, siguiendo aquel sabio consejo que había despreciado en un principio, independientemente de lo intempestivo de las horas y de lo desordenada que estuviera la casa, y  ¡milagro!, empecé a organizarme mejor y a tener ratos libres en los que ya no dormía porque no tenía necesidad.
Creo que muchas de las “depresiones port-parto” no llegarían a producirse si la matrona prescribiera a la madre el dormir como una norma de higiene más

3 comentarios:

  1. Con el primer hijo siempre se cometen muchos errores. Cosas de la inexperiencia y del querer ser perfectas.
    Yo procedo de una familia numerosa y mi pareja también. No nos imaginábamos una vida sin niños o con pocos niños. ¡¡¡¡Y hemos tenido 6!!! Los tengo de todas las edades, sexos y colores. :)
    Naturalmente con el primero no vives, centrada las 24 horas en el bebé. Te aseguro, Julia, que el 6º se ha criado igual o mejor que el primogénito y haciéndole mucho menos caso, o mejor dicho, haciendo caso a lo prioritario y sabiendo separar lo urgente de lo importante.
    De no haber actuado con esta filosofía mi vida habría sido una ruina.
    Seguiré tu blog.
    Un beso.

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  2. Gracias Malena, espero leerte por aquí mas veces

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  3. Mi primer hijo fue un bendito, de los que dormia ocho horas cada noche sin pestañear y al que incluso había que despertar para que mamase por la mañana.

    El segundo, dormia de una a tres de la madrugada y algunas medias horas durante el día. Siempre le he dicho que si el hubiese nacido el primero se habría quedado de hijo único.

    Evidentemente el pediatra intento remediar la situación recetandole un antihistaminico de los que produce como efecto secundario somnolencia. Lo compre, lei los efectos secundarios, y lo tire. Y de esta forma fue como aprendí a adaptarme a su horario, porque no acepto "drogar" a un bebe para dormir mas horas.

    A partir de los cuatro años, su padre ya pudo volver al lecho marital y el nene a la habitación con su hermano. Pero he de reconocer que fueron cuatro años duros, sobre todo por el embarazo que pase en alto riesgo. Imagino que de ahi procedía parte del problema del niño, pero para mi el que hubiese nacido sano y entero era más que suficiente, si no dormía al ritmo de la casa tampoco era lo principal.

    Saludos.

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