viernes, 30 de marzo de 2012

El corazón piensa

Pues he aquí otra noticia  sobre nuestro cuerpo-mente que resulta sorprendente: Resulta el corazón tiene un sistema nervioso independiente y puede tomar decisiones de forma autónoma.
Annie Marquier
Lo afirma la investigadora Annie Marquier, autora de varios libros, y fundadora del Instituto para el Desarrollo de la persona de Québec, que ha pasado la mayor parte de su vida investigando sobre la conciencia.
Según la entrevista realizada por Ima Sanchís, en La Vanguardia, el corazón tiene comunicación con el cerebro a cuatro niveles:
Neurológico: a través de impulsos nerviosos
Bioquímico a través de neurotransmisores y hormonas
Biofísico: mediante ondas de presión
Energético: el campo electromagnético del corazón es 5.000 veces más intenso que el del cerebro.
¿No resulta curioso que el lenguaje tenga tantas referencias al corazón como “tomador de decisiones” y que no sea casual, sino que efectivamente hay un fundamento orgánico y  fisiológico?
Decimos “me lo dice el corazón” o “te lo doy de corazón”.  
¿No hablaba  Pascal  sobre las razones del corazón que la razón desconoce?
Os dejo aquí dos enlaces para ampliar información y una entrevista en el Canal de video
Entrevista en La Vanguardia
 http://abriendoconciencia.blogspot.com.es/2012/03/annie-marquier-conferencia-en.html

jueves, 22 de marzo de 2012

La meditación produce cambios físicos en el cerebro

Me gusta coleccionar noticias que delatan la estrechísima relación entre el cuerpo y la mente. Me dan esperanza, algún día nadie dudará de ello. Esta es una de ellas.
 
El equipo del laboratorio de la Dra. Sara Lazar, psiquiatra del Hospital General de Massachussets, encabezado por Britta K. Hölzer ha demostrado que la meditación produce cambios físicos en distintas  regiones cerebrales.

El estudio se hizo en 2009,  con 16 voluntarios estresados pero sanos, que siguieron un curso de meditación de ocho semanas en el que meditaban aproximadamente  media hora diaria.
Tras el curso, los participantes manifestaron haber reducido sus niveles de estrés, y esta apreciación tenía correlación con lo que los científicos observaron en las resonancias magnéticas.
Les hicieron resonancia magnética de la estructura cerebral antes y después del curso, y se detectó una  disminución de densidad de la materia gris en la amígdala cerebral que no se había producido en aquellos voluntarios del grupo de control que no habían seguido el programa de meditación.

En otro estudio anterior, (2005) el equipo de la Dra Lazar observó en un estudio realizado con 20 “meditadores” experimentados, un mayor grosor en la corteza cerebral  en zonas relacionadas con la atención, la introspección y el procesamiento sensorial, que en individuos que no practicaban meditación.

O sea, que podríamos decir:
 “Medita, que algo queda”

Os dejo el enlace con la página del centro de investigación de Sara lazar por si quereis ampliar. http://www.nmr.mgh.harvard.edu/~lazar/index.html, y también un video en el Canal de Vídeo, aunque, lo siento, está en inglés.

lunes, 12 de marzo de 2012

Preparada para el despegue

Estoy siguiendo el programa “Reto de meditación de 21 días” del Centro Chopra. Es gratis, así que no me lo pensé mucho para apuntarme, a pesar de no estar muy segura de si iba a ser capaz de sacar un ratito diario para aceptar este reto.  El caso es que de momento voy haciendo  ese huequito y,  al igual que otras veces que me he comprometido conmigo misma para cuidarme un poco, los resultados no se hacen esperar. Yo lo noto (y los vecinos también deben estar notándolo, jajaja) en que grito menos a los niños a la hora de la cena.
Quizá os interese seguir el reto, así  que os pongo el enlace aquí. http://www.chopracentermeditation.com/bestsellers/MEDITATION_WINTER_2012ES/register.asp
Desde luego, si en este mes de marzo no “levito”, ya no creo que lo consiga nunca más. Entre mi 3er nivel de Reiki este fin de semana, el reto de meditación de 21 días y el seminario de Frank Kinslow el 24...

lunes, 5 de marzo de 2012

Desde los hombres primitivos...

Estoy leyendo el  libro de Kinslow “El secreto de la Vida Cuántica”, y hay una idea que me ha “llegado”, me gusta cómo la expresa porque nos hace comprender de una forma verdaderamente sencilla el absurdo de vida que llevamos.
Es algo relacionado con aquello que os contaba en el post Es difícil estar bien cuando se está mal, lo de las dos ramas del sistema nervioso vegetativo y para qué sirve cada una de ellas. Nuestro sistema nervioso está diseñado para permanecer controlado por la rama Parasimpática (funcionamiento normal) salvo emergencias en las que se dispara el S. N. Simpático (mecanismo de lucha o huída).
El problema es que en la actualidad vivimos mas tiempo gobernados por el SN Simpático, porque nos sentimos habitualmente en estado de emergencia,  y el estar funcionando de forma distinta a como deberíamos es fuente de muchos problemas de salud.
 Os transcribo el fragmento del libro. Espero que al Dr. Kinslow no le parezca mal. Quizá  tenga ocasión de preguntárselo personalmente pues iré  a su seminario el día 24 en Madrid. Ya os contaré.
Por si os animáis a ir también, os dejo el enlace con la información.  http://www.curacion-cuantica.es/

Dibujo de  Boris Romero Accinelli

"Nuestros cuerpos-mentes evolucionaron gracias a tensiones a corto plazo como el mal tiempo inesperado, escaramuzas menores con tribus vecinas, y el ocasional ascenso a un árbol alto para no ser devorado por un tigre de dientes afilados. Los cazadores-recolectores prehistóricos sólo trabajaban tres o cuatro días a la semana para conseguir los víveres que permitían la supervivencia. Intercaladas entre esos días de acontecimientos estresantes, había jornadas de  socialización ociosa con otros miembros del clan, paseos a orillas del lago, horas observando el paso de las nubes tendidos boca arriba en el suelo.
Si pudiéramos elegir una palabra que definiera la vida de los seres humanos modernos, tendría que ser “frenética”. ¿Cuando, en la historia documentada, hemos estado tan predispuestos a una actividad tan incesante? Nos estamos volviendo locos. Sesenta o setenta años no es tiempo suficiente para que nuestros nervios, huesos y cerebros se adapten a la creciente actividad y  estrés a los que nos empuja la vida moderna. Nuestros cuerpos-mentes necesitaron generaciones de tranquila evolución para prepararse para la embestida de la vida del siglo 21. Fueron hechos para una existencia más pacífica y contemplativa."