martes, 3 de julio de 2012

La farmacia interior

Todos llevamos en nuestro interior una farmacia, aunque la mayoría lo ignoremos.
Cuando hacemos relajación producimos una serie de sustancias llamadas endorfinas, de composición química similar a la morfina, y con características igualmente analgésicas, euforizantes y tranquilizantes.
Por otra parte, al parecer cuando hacemos relajación producimos también nuestros propios  antidepresivos, pues se comprueba que en  personas con depresión los niveles de monoaminoxidasas (anormalmente elevados) disminuyen, es decir que la relajación funciona como un IMAO (la primera generación de antidepresivos), comprado en la farmacia.
Con ejercicio físico y vida  al aire libre, y nuevamente con relajación o meditación, podemos aumentar nuestros niveles de serotonina, hormona  que está involucrada  entre otras cosas en la regulación del sueño, trastornos de alimentación, trastornos sexuales,  y también se correlaciona su déficit con la depresión.
El buen humor, la risa y los pensamientos positivos provocan en cierta medida una liberación de oxitocina, pero sobretodo, la oxitocina se libera en el en el orgasmo, y sus efectos son sedantes y aumentan la confianza en uno mismo y en los demás.
Habrá que aplicarse, que ahora la Seguridad social ya cobra a los pensionistas y dentro de nada nos los suben a todos los demás.

6 comentarios:

  1. Gracias por recordarnos los beneficios qué nos aporta la introspección, además de los ya sabidos producidos por una vida sana y optimista (estos si nos lo recuerdan los medios de comunicación tradicionales).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. De vez en cuando no está mal recordar que hay muchas más cosas que estan en nuestras manos de las que solemos hacer uso ¿no?

      Eliminar
  2. Desde luego, que razón tienes! ¡Y qué oportuno!
    No solo son sustancias sin efectos secundarios, sino gratuitas y disponibles en cualquier momento. Muy conveniente con los tiempos que corren.
    Gracias, Julia, un abrazo.

    ResponderEliminar
  3. Creo profundamente en que la salud personal requiere una tarea espiritual de cada uno. No es suficiente con someterse a tratamientos con dosis de medicamentos (Aunque claro está que en muchos casos un tratamiento médico es indispensable).
    Simplemente, considero que es necesario además vivir conforme a las exigencias del espíritu y de nuestra esencia más profunda para gozar de buena salud.
    Muchas veces resulta más fácil "tomar la pastillita mágica" que conectarse con uno mismo y comprender lo que clama el cuerpo a través de sus síntomas.
    Involucrar nuestra interioridad y nuestros propios recursos en el proceso de curación de las enfermedades, aporta una riqueza y un poder sanador que no está en venta en ninguna farmacia.

    Un fuerte abrazo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Qúe razón tienes, Natalia. Conectarse con uno mismo y aprender a interpretar los síntomas...
      Me alegro de tener noticias tuyas. Un abrazo grande también para ti.

      Eliminar