viernes, 26 de noviembre de 2010

Horario intensivísimo

¿Cuantas de nosotras tienen la sensación de descansar cuando salen del trabajo? Yo creo que casi nadie. Ni las que tienen ayuda en casa,  ni  las que no la tienen. Muy pocas tienen sensación de descanso cuando termina su jornada laboral.
Y lo peor es que nos parece lo normal. No reaccionamos frente a ello, lo asumimos porque es nuestra vida, y ni nos planteamos que pudiera ser de otra manera.
Recuerdo el fin de semana previo al comienzo del curso, charlando con amigas y conocidas, el tema era único: el comienzo del curso. La vuelta a los horarios, las prisas, las obligaciones...
La mayoría tenía desde el viernes  la  pila de libros de los niños perfectamente etiquetados y forrados, los uniformes preparados, los zapatos recién comprados, y la respiración contenida pensando en lo que se nos venía, como si nos estuviéramos colocando en la parrilla de salida de una inacabable maratón a la que no nos hemos apuntado precisamente por deporte.

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