miércoles, 21 de agosto de 2013

¡Hay que ver cómo somos! Capítulo I


A veces me desanimo pensando en lo ignorantes y mezquinos que somos los seres humanos como especie, y lo mucho que nos queda para ser ángeles.
Hay algunos experimentos que apoyan esta triste teoría. Uno es el experimento de la Cárcel de Stanford llevado a cabo por Philip Zimbardo, un psicólogo social, investigador del comportamiento.
Agrandes rasgos, os describo el experimento que incluso ha dado pié a una película El Experimento además del libro “El efecto lucifer” del propio autor.

El experimento se realizó en la Universidad de Stanford en 1971 con 24 estudiantes voluntarios, a los que por el procedimeito de cara o cruz con una moneda, se repartió en dos grupos, unos como presos y otros como carceleros, y se recreó un ambiente carcelario en la propia universidad. La duración prevista era de dos semanas, pero no se llegó a concluir porque la situación comenzó a ser dramática ya en el segundo día y a los seis días las humillaciones, los abusos y las vejaciones eran los métodos habituales. Zimbardo  concluyó el experimento,  habiendo demostrado que el entorno, y los roles que se nos asignan o nos asignamos, pueden sacar de nosotros mismos nuestra peor parte. Afortunadamente también hay experimentos que demuestran que hay en nosotros “nuestra mejor parte”, y espero poder hablar también de ellos.
Os enlazo aquí una entrevista a Zimbardo  de la página KINDSEIN.COM. http://www.kindsein.com/es/20/1/466.

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