viernes, 5 de octubre de 2012

Un elogio del sufrimiento

Nuestra cultura desprecia el sufrimiento, huimos de él, como es lógico, pero cuando no podemos escapar nos sentimos doblemente desgraciados, por una parte por la propia razón del sufrimiento, y por otra, por la vergüenza de no haber sido capaces de apartarlo de nuestro camino.
Tendemos a pensar que nuestro fin último es la felicidad  y la diversión, y no conseguir esa diversión, esa vida sin sufrimiento nos hace sentirnos unos perdedores.
Sin embargo, el sufrimiento puede hacernos crecer y aprender, y a menudo ha sido un estímulo para la superación, lo cual no es algo que nos caracterice como perdedores.
Dice el Dr. Eugene Walker en su libro “Aprenda a relajarse”: El sufrimiento, si tiene un  propósito y los soportamos con fuerza es ennoblecedor. […] Una vida despreocupada puede ser muy buena,  pero las lecciones del sufrimiento nos proporcionan una personalidad con mucha más profundidad y calidad.
No estoy defendiendo actitudes victimistas, ni masoquistas, sino actitudes maduras que nos permitan avanzar hacia un mayor conocimiento de nuestras capacidades, de nuestras armas para salir a flote.

Ilustración "salir a flote",  por Cinta Arribas
http://cintarribas.blogspot.com.es/


2 comentarios:

  1. A nadie nos gusta sufrir, eso está claro, pero por experiencia propia puedo decir qué a través del sufrimiento he aprendido algo... una lección como dice el Dr. qué mencionas.
    Y es qué cuanto más nos caemos, más veces nos levantamos, y con más fuerza si hemos aprendido el significado o lo qué nos quiere mostrar esa experiencia sufrida.

    Buena entrada Julia!
    Un abrazo!!

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    1. Gracias por tu aportación Manu, y por esa precisión de "si hemos aprendido el significado", porque efectivamente, si no estamos abiertos a entender ese significado, el sufrimiento es gratuíto.
      un abrazo,

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