Esto de intentar explicar las ideas irracionales de Albert Ellis me está viniendo muy bien a mí, porque así me doy un repasito y predico con el ejemplo. Hoy toca la tercera idea, y me veo como “el maestro Ciruela”, que no sabía leer y puso escuela.
El pensamiento clasificado como Idea irracional nº 3 es éste:
"Algunas personas son malas, perversas y ruines, y de ellas debemos apartarnos para castigarlas”.
"Algunas personas son malas, perversas y ruines, y de ellas debemos apartarnos para castigarlas”.
A priori diría que es absolutamente cierto, lógico y racional, pero sabiendo que tengo que encontrarle la irracionalidad, haré un esfuercito.
Tengo una conocida a la que considero ordinaria, chabacana, fresca, cotilla, hipócrita, egoísta, manipuladora, e inmoral, (no sé si habré dejado suficientemente claro que no me cae bien) y me molesta que alguna de mis amigas también lo sea suya, así que tiendo a subrayar sus errores ante ellas para “abrirles los ojos”.
Pero tengo que reconocer que esta persona es muy popular, y que es apreciada por estas amigas y por otras personas. Es evidente que ven en ella cosas que yo no veo, y no ven otras que veo yo.
Parece ser que no existe un “Juego de Medidas Internacional de la Bondad de las Personas”. ¿Por qué debería ser mi criterio más válido que el de los demás?
No existe ninguna norma absoluta que diga lo que es correcto e incorrecto. Lo que en unos ámbitos puede ser educado, en otros puede no serlo. ¿Qué me decís de un sonoro eructo para celebrar los postres?
También las normas morales pueden variar. En muchos países de Oriente no hay costumbre de decir “no”. Es más aceptado moralmente mentir que negar algo. ¿Son todos los habitantes de estos países por ello descalificables por mentirosos? Aquellos que nos enorgullecemos de no ser mentirosos seríamos probablemente rechazados por groseros, maleducados, o irrespetuosos.
Sicópatas aparte, en general, cuando alguien actúa “incorrectamente”, lo hace por desconocimiento, ignorancia, inconsciencia, falta de formación, o de educación.
Haced la prueba, analizar los actos de una persona que nos os caiga bien, y preguntaros si les mueve la intención de ofenderos o perjudicaros. La inmensa mayoría de las veces, aunque efectivamente hayamos llegado a resultar perjudicados, ese perjuicio ha sido mas bien una consecuencia de otras motivaciones y de la ignorancia de algo.
A mí también me pasa que hay una "madame chabacan" donde yo trabajo y que, al principio, caía bien. Yo veía cosas que los demás no veían, porque no era posible que alguien tan ordinario estuviera bien visto.
ResponderEliminarPero, amiga Julia, el tiempo y no yo -haciendo de chismosa- le han puesto en el sitio en el que debía estar desde el principio: en su submundo chabacano. Además es que se le junta todo porque es "corta" y por tanto, susceptible... Todo lo entiende al revés. Es mejor no jugar al doble sentido ni a la ironía con ella porque no lo entiende.
Cada uno tiene su cruz.
Besos, Julia. Menos mal que nosotras somos glamourosas, jajajaja.
A mí me pasa lo mismo: yo diría que lejos de ser una idea irracional esta de Ellis, es de lo más justa, lógica y racional. Vamos, que en principio diría que es de justicia decir que hay personas "rectas" y personas "torcidas" o egoístas, personas beneficiosas y personas perjudiciales.
ResponderEliminar¿Por qué nos dice entonces eso Ellis? A mi me parece que lo dice por que, sobre todo, ese pensamiento perjudica al que lo piensa. Ellis no afirma la condición de verdad del enunciado, sino lo que está por detrás: que si pensamos así los que sufrimos somos nosotros.
Si creemos que hay gente tan perversa, la consecuencia es que perderemos ilusión, capacidad de comunicación y sentido de la felicidad. Si nos decidimos a apartarnos para castigar al ególatra, en realidad quienes quedamos marginados somos nosotros.
Así que lo mejor es ver el lado positivo (que todo el mundo tiene su lado positivo) del tipo ese impresentable.
¡Que bien, Julia! A ver cual es la cuarta.
Towanda: la crème de la crème de la blogosfera jajajaja
ResponderEliminarUn yogui en Cuatro Caminos,
ResponderEliminarSupongo que sí, es el "to er mundo es güeno". En el fondo es verdad, todos tenemos dentro lo bueno y lo malo.
un abrazo