La extraigo del libro “La curación cuántica”, del Dr. Frank Kinslow.
En otra entrada os hablaré más de él, pero ahora me gustaría solo adelantaros este fragmento
Siéntate cómodamente y cierra los ojos. A continuación, pon atención a tus pensamientos. Síguelos allá donde te lleven. Limítate a observarlos ir y venir. Tras haber hecho esto entre cinco y diez segundos, hazte a ti mismo esta pregunta y luego permanece muy atento para comprobar qué sucede justo después: “¿de dónde vendrá mi próximo pensamiento?”.
Os daré una pista: Pasa algo parecido a cuando para ayudar a una persona que tiene hipo le instas apremiándole “hipa, hipa ahora, ¡ahora!”. A veces funciona y el hipo se va.
Ojalá manejar el pensamiento fuera tan sencillo, al menos alejar aquellos que resultan dañinos o molestos.
ResponderEliminarHace poco incluí una cita en una entrada que decía: La memoria es el perro más estúpido, le tiras un palo y te trae cualquier cosa.
No es sencillo, pero si has probado a hacer el ejercicio, habrás visto que si los primeros pensamientos que has dejado vagar iban a un determinado ritmo (generalmente vertiginoso) el pensamiento esperado, el último sobre el que te preguntas de dónde va a venir, ha tardado un poquitín mas en aparecer. Esa pequeña diferencia es la que me da cierta esperanza de que es posible frenar ese ritmo. Ahora, de ahí a saber cómo...
ResponderEliminarAh¡ Está muy bien esa cita del palo,muy real.