viernes, 3 de junio de 2011

Un cuento para Nieves

Hoy le quiero dedicar a Nieves, una luchadora que no se rinde, este cuentecito de Jorge Bucay
 Pongo en él toda mi energía y lo planto aquí, como un satélite en el espacio para que refleje y canalice la buena voluntad de todos los que me leen y se la redirija enfocada a Nieves, una luchadora que no se rinde a la enfermedad, y que por fin empieza a vencerla, como la ranita del cuento.

Las dos ranitas

Había una vez dos ranas que cayeron en un recipiente de nata.
 Inmediatamente se dieron cuenta de que se hundían: era imposible nadar o flotar demasiado tiempo en esa masa espesa como arenas movedizas. Al  principio, las dos ranas patalearon en la nata para llegar al borde del recipiente. Pero era inútil; solo conseguían chapotear en el mismo lugar y hundirse.
Sentían que cada vez era más difícil salir a la superficie y respirar.

Una de ellas dijo en voz alta:”No puedo más. Es imposible salir de aquí. En esta materia no se puede nadar. Ya que voy a morir, no veo por qué prolongar este sufrimiento. No entiendo qué sentido tiene morir agotada por un esfuerzo estéril”
Dicho esto, dejó de patalear y se hundió con rapidez, siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.

La otra rana, más persistente o quizá más tozuda se dijo:

”¡No hay manera! Nada se puede hacer para avanzar en esta cosa. Sin embargo, aunque se acerque la muerte, prefiero luchar hasta mi último aliento. No quiero morir ni un segundo antes de que llegue mi hora”.

Siguió pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar ni un centímetro, durante horas y horas.

Y de pronto, de tanto patalear y batir las ancas, agitar y patalear, la nata se convirtió en mantequilla.

Sorprendida, la rana dio un salto y, patinando, llegó hasta el borde del recipiente. Desde allí, pudo regresar a casa croando alegremente.

4 comentarios:

  1. Un cuento hermoso para aplicarnos (tú y yo, y tod@s) en nuestro día a día...
    A esta ranita me hubiera gustado tenerla en casa cuando hay que poner las claras a punto de nieve, jajaja.
    ¡Muy bonito cuento y muy apropiado para recordarlo!.
    Besos Julia.

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  2. Toda mi energía y pensamientos positivos focalizados hacia Nieves...
    Mucha luz para ella y todos los que la acompañan...
    Estará en mis oraciones...
    Cariños desde Argentina.

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  3. Gracias Natalia, estoy segura de que Nieves lo va a recibir.
    Un abrazo, amiga transoceánica.

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  4. Towanda, a mi este cuento me da una razón para insistir cuando estoy a punto de darme por vencida, me alegra que te guste. Un abrazo,

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