jueves, 17 de febrero de 2011

¡Jolín mamá, pues haberlo dicho!

Hoy he quedado como el culo con mi vecina. Menos mal que ella no sabe que tengo un blog en el que me las doy de trabajar en mi paz interior, me permito recomendar positividad y todo eso…

Salíamos tarde, como casi siempre, a pesar de que cada día hago propósito de enmienda y juro que saldré con más tiempo la próxima vez.
- Ve llamando al ascensor - digo siempre, como si adelantara algo.
 Los niños llaman al ascensor y al vecinito al que también me llevo a clase de música.
Mientras me voy poniendo las botas voceo – ¿lleváis bufandas y guantes?-.
Ni caso me hacen. Están jugando en el descansillo. También está mi vecina con la bebé de 18 meses que siempre se pone a dar grititos de alegría cuando oye jaleo.
            Me doy cuenta de que puede llover, salgo a la pata coja para decirle que le dé un paraguas a su hijo. El mío mayor sujeta la puerta del ascensor ya abierta.
Intento hablar con mi vecina, pero un ruido de fondo hace imposible que nos entendamos. El pelo, que todavía no me he recogido me cae por la cara.
No veo ni oigo más que un tam-tam sordo que practica mi hijo en la puerta del ascensor con los guantes acolchados de kárate.
El mundo se para. A través de la cortina de pelo veo a mi vecina vocalizando, pero solo oigo a la bebé gritando, el tam-tam del ascensor y a los dos medianos lanzándose rayos paralizantes con sus transmutadores de campo energético que casualmente también hacen bastante ruido.

-¡JOAQUIN, POR DIOS! , ¡¡¡ PARA!!! -  grito con una voz que no sé de dónde ha salido.

Se hace  un silencio absoluto. Ni en el cosmos. Mi vecina, que es siquiatra en un hospital público, se sonríe algo violenta. Se está planteando si es prudente dejar a su hijo con la desequilibrada del “A”.
En medio de este incómodo silencio oigo a mi hijo extrañado de mi reacción: 
      -¡Jolín mamá, pues haberlo dicho!-

8 comentarios:

  1. Jajajajajajaaj jajajajajaja, ers buena muy buena, esas cosas pasan no te preocupes son cosas del día a día, cosas que hacen que los hijos luego nos ríamos y os queramos como os queremos jeje.

    UN besazo enormeee.

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  2. Jajaja ¡menuda odisea! Aunque con tres críos y las prisas no es para menos, si las prisas ya de por sí no son buenas, con niños mucho menos, y hay veces que la paciencia no da para más!

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  3. Hola Xaquelina,
    Si, supongo que dentro de unos años recordaré este tipo de cosas hasta con nostalgia...
    otro besazo para tí

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  4. M., Me alegro de verte por aquí. Gracias por la visita.

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  5. Jajajaja, Julia, es para volverse loca cuando pasa ésto. Luego, con el tiempo lo vas a echar de menos. Aprovéchate que los niños crecen antes de que te des cuenta y luego...

    Un abrazo preciosa.
    Llego muy muy tarde pero ¡el tiempo, se me queda corto!.

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  6. Towanda, tienes razón, incluso ya echo de menos cuando eran bebés...
    Otro abrazo para tí

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  7. ¡Claro, mujer, haberlo dicho! Ja ja ja, me encanta la historia, tal vez te la "plagie", luego te explico.

    Un abrazo

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  8. Me alegro de que te guste. Si te interesan anécdotas de desequilibradas mentales ¡has encontrado una mina!. Ya me contarás lo del plagio. Un abrazo

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